lunes, 30 de abril de 2012

Encrucijadas de lo estético en el campo del diseño / Abordajes para la comprensión del diseño: herramientas


Una jornada de trabajo que se dividió en dos momentos:  
Encrucijadas de lo estético en el campo del diseño
Se trajeron algunas cuestiones trabajadas en el encuentro pasado para retomar los alcances estéticos del diseño y poder empezar a problematizar eso dos campos complejos que son el diseño y lo estético. Utilizamos como guía el texto de Ana Calvera ¨De lo bello de las cosas”.
Recordando las producciones novedosas en arquitectura de Otto Wagner en la cotidianeidad vienesa a principios del siglo XIX y las de A. Aalto, que innovo en materiales utilizados en el diseño en el S XX, nos preguntamos donde está lo estético en sus producciones? De alguna forma, lo cotidiano se lleno de estos otros repertorios y produjo otros paisajes. La función está operando como una nueva apertura estética de la cotidianeidad.
Calvera plantea que el legado kantiano se introdujo en el campo del diseño a nivel discursivo. Kant deja de lado lo útil y necesario. Para Kant lo útil es antinómico a lo bello. Así que cuando un diseñador está remarcando la funcionalidad, desde una perspectiva kantiana se puede decir que en el objeto diseñado no está habitando lo estético. De alguna manera este discurso kantiano vuelve a operar en el siglo XX como una crítica a la razón instrumental denunciando al diseño como apariencia seductora de la mercancía, estética manipuladora al servicio y los intereses del capitalismo. Es interesante como se empiezan a tejer estos discursos políticos y morales.
En esa producción de binomios así como lo bello queda excluido de lo útil también el arte queda excluido de lo tecnológico porque es en el arte es donde se aloja lo humano. Se sigue multiplicando esa lógica binaria. Además a través de este discurso se fortalece una especificidad del diseño porque se entiende que el diseño tiene que ser el lugar de lo útil y lo necesario y por tanto ahí no habita lo humano. Calvera dice que en ese juego de verdades que se producen aparece el diseño desde una definición que tiene que ver con su fundación – y que aparece en el recorrido discursivo que hemos visto del S. XVIII- y que es: contribuye activamente y se hace cargo de la mejora estética del mundo contemporáneo tornándolo un medio más habitable y un paisaje que satisfaga y cultive lo más humano de las personas. Y si el diseño es función entonces donde habita lo humano,? Estamos frente a un problema.
Calvera agregando a nuestra problematización dice que por lo general el pensamiento estético ha tendido a ver la estética propuesta por el diseño -o por las demás manifestaciones de lo estético en la cultura visual de los medios de comunicación social- como una estética empobrecida que viene a compensar la imposibilidad de una experiencia estética en sentido fuerte y verdadero. Entonces otro nudo que tenemos en este terreno del diseño es que lo estéticamente fuerte está en el arte. El diseño parece ser como un espacio de menor creación. Tenemos aquí otro problema que es como se produjo el ordenamiento del territorio de lo estético en artes mayores y artes menores.
Por otro lado Calvera se pregunta: que pasa con ese concepto fundacional del diseño que opera para la mejoría de ese sujeto -que se vuelve más humano- cuando empieza a haber una transmutación de los valores de tal manera que lo estético empieza a pensarse desde esta otra categoría que es la buena forma. Cuando hablamos de lo bueno aparece asociado a esa tripartita platónica de lo bueno relacionado con lo bello y con lo pulcro.  La buena forma está relacionado a esa manera de producir el objeto para que a través de la forma nosotros podamos percibir claramente que eso funciona. De alguna forma el diseño toma el discurso de la buena forma saliendo del lugar de lo bello para acceder a la colocación del producto en un mercado diferenciado, en esto del capitalismo y sus devenires. Podemos ver así todos los planos discursivos que están  en esa categoría de la buena forma, que está incluido en un discurso estético que a su vez está atravesado por otros componentes -una teoría del sujeto, una teoría del conocimiento, una teoría económic- que dan cuenta de lo que se trata el objeto. Y acá retomamos una noción de funcionalismo de Muthesis (a fines del S.XIX) que lo define como la perfecta y pura utilidad: muebles prácticos sin adornos y con formas simples, cómodas para las ama de casa, los edificios u objetos de uso exhibirán la pulcra elegancia que nace de la adecuación a la función y de la concisa sobriedad. 
 En la clase pasada nos preguntábamos porque hablábamos de lo moral si estábamos hablando de lo estético. Y ahora nos preguntamos porque hablamos de lo funcional si estamos hablando de lo estético. Parece que lo estético es una imbricación múltiple de muchos aspectos y que posiblemente tenga que ver con un modo de ordenamiento. Podemos encontrar esta situación en el prefacio del libro “Las palabras y las cosas” de Foucault, en el sentido de que plantea que hay un orden que produce la condición del habitar y que nuestra vida cotidiana la producimos en base a una organización. Todo nuestro mundo está organizado en base a ciertas actividades que hace que este mundo se componga con un sentido y ese sentido tiene que ver con el orden como control. Entonces lo estético desde esa mirada es control, apareciendo también un modo de organización de los espacios. El propósito de esta presentación es ver la complejidad de nuestro campo como para poder abrirnos a preguntas y desde ahí contribuir a la producción de investigaciones.

Abordajes para la comprensión del diseño: herramientas
 Deleuze (filósofo que trabajó mucho con Félix Guattari y con el cual escribió el libro “Mil mesetas) en diálogo con Michel Foucault, producen la definición del intelectual. De alguna manera el intelectual es aquel que puede construir una caja de herramientas, en el sentido de que lo teórico no es una construcción dada -y que sirve para todo- sino que según lo que quiero abordar es la herramienta que voy a utilizar. En el campo del conocimiento se produce esa caja en el sentido epistemológico construccionista: el conocimiento lo vamos construyendo. Y por eso es necesario ver que herramienta es más adecuada para abordar el acontecimiento. Las decisiones del intelectual no son neutrales siempre están en un campo de decisión política y están produciendo afectaciones.
Antes de hablar de las herramientas nos parece importante presentar el cuerpo de hipótesis provisionales -que recorrerán nuestro curso- que piensan el diseño como un discurso epocal y complejo, un emergente de prácticas sociales y de alianzas saber- poder, y por otro lado surgiendo de un dominio de saber -que sería lo proyectual del diseño- que no es neutral y que forma parte de una racionalidad política y económica. Desde esa perspectiva del diseño la idea es que en nuestros procesos podamos dilucidar las prácticas sociales históricas –entendidas como parte de un entramado social, histórico, político, económico, cultural- y dar cuenta de cómo se van produciendo esas relaciones de poder – que son históricas- para poder prefigurar este territorio del diseño, expresión inmanente de esas prácticas.
Habiendo dado las perspectivas de lo que nosotros consideramos diseño, vamos a presentar un texto de Nietzsche: Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. Del mismo vamos a sacar algunas nociones que para nosotros son claves. Nietzsche parte de que el hombre es por naturaleza engañador. Y eso significa que por cuestiones de sobrevivencia al medio hostil engaña para sobrevivir. No es algo moral, sino que es connatural a ese medio de sobrevivencia que no está diseñado para albergar a un sujeto. La persona necesita juntarse con otros para habitar el espacio. Pero para habitar un espacio con otros necesita un contrato social, un pacto que reglamente las acciones para poder vivir tranquilamente.  Entonces aparece el contrato social, la norma, la ley. Ese proceso es el que dió la posibilidad de construir una noción de verdad, una Verdad con mayúsculas . Nietzsche dice que la noción de Verdad  aparece en ese acuerdo que se dio en algún momento de la vida y que con el correr del tiempo fuimos olvidando cual era el sentido. Sin darnos cuenta estamos siendo arrastrados por aquel compromiso que nos precede y del cual no participamos. El elemento que produce la solidificación de esa Verdad es el lenguaje. Lo que el lenguaje hace es una reducción del acontecimiento -esquematizando aquello que sucedió- hasta llevarlo a una expresión. Es la ciencia el columpiario, la necrópolis del acontecimiento. Por otro lado cuando nos enganchamos al acontecimiento desde la participación producimos una versión del acontecimiento. Desde ahí Nietzsche dice que en el mundo no hay hechos sino interpretaciones. Porque cada uno de nosotros somos intérpretes de lo que sucede con los otros. Este entender nos libera del conocimiento para poder dar cuenta de otras cosas y poder entender que en el conocimiento está la pugna por la Verdad. . Entonces tenemos que el mundo es un haz de metáforas. Esto significa que no hay otro modo de comprender el mundo que no sea a través de la metáfora. Siempre estamos –para llegar a eso esencial- produciendo el devenir, produciendo “saltos”.
Nuestra primer herramienta es la genealogía. Foucault tiene un capítulo en su libro Microfísica del poder que se llama “Nietzsche, la genealogía, la historia” Qué le hace decir Foucault a Nietzsche? que cuando nosotros creemos que estamos haciendo historia (es decir yendo a la verdad, al origen del hecho) es una ilusión, porque nunca podemos llegar al hecho -a lo esencial- porque eso no existe. Lo que si existe son esas procedencias que producen ese acontecimiento. La genealogía es un modo de abordar el acontecimiento para mostrar la procedencia irracional y los procesos de racionalización retrospectivos que ofrecen a la mirada presente lo natural. Lo que se nos aparece como natural -que es una verdad- debemos desovillarlo y ver que otros discursos se juegan, que lugares de lo irracional aparecen y que compromiso hubo para que eso fuera Verdad. Entonces genealogía significa poder percibir las singularidades del acontecimiento. Significa que si estamos frente a un concepto, un esquema, algo abstracto damos un paso a un costado y podemos ver esas singularidades. La genealogía no concibe una finalidad evolutiva es decir en la genealogía no se trata de ver el acontecimiento como una causalidad o algo que nos lleve a un final, sino que es algo que se despliega ahí, que es inmanente a mí porque yo lo concibo y hay un compromiso en ese participar del acontecimiento. Por eso dice que su plano es el de los acontecimientos. Los sentidos históricos son múltiples pues nunca estamos frente a algo que es una unidad, pues ese algo siempre difiere. Trajimos un ejemplo para ver que sería una genealogía: una imagen de un cuadro de Blanes (el pintor de la patria). Foucault dice que la genealogía se trata de una mirada crítica y lo que trata de ver es lo que se inscribe en los cuerpos. La genealogía se opone a  las visión metafísica y trascendental de la historia. No es historia, sin embargo trata de ver de comprender como se generan los acontecimientos en su singularidad. No presenta un metarrelato universal. Trata de ver esos múltiples relatos que se producen en el acontecimiento. Se opone a la búsqueda del origen. No va a ver como se produjo eso, no busca ese valor que subyace a la cosa porque no hay nada debajo de eso. No hay metafísica. 
La segunda herramienta es la noción de “campo de luchas”, que también viene de la mano de Nietzsche. Esto significa que lo que emerge en nuestro escenario es el enfrentamiento. Lo que nosotros llamamos lo social y concebimos como si fuera una unidad, en realidad es un campo de fuerzas dinámico, en donde todo es múltiple. Desde esa mirada relativista ese campo es construcción y siempre es un enfrentamiento continuo donde podemos identificar los escenarios, los actores, las tácticas y estrategias y alianzas que se producen para generar verdades.
Nuestra tercera herramienta es entender que la producción de sujeto (y esto viene con Foucault) emerge en un “juego de verdades”. Un juego de verdades en donde se están produciendo equivalencias, comparaciones. Cuando nos peleamos con alguien se produce un antagonismo y ahí me configuro como alguien. Entonces el mundo es un juego de verdades. El mundo son discursos singulares que están en enfrentamiento y que producen sentidos en nuestra vida cotidiana. Juegos de verdades que hace que nosotros nos relacionemos con nosotros mismos (nos da una noción de lo que nos está pasando en ese momento). El problema para Foucault es a que precio se puede decir  la verdad sobre sí mismo, si decir algo sobre sí mismo significa  siempre estar mediando con otras palabras que no tienen nada que ver con lo que en este momento soy. La emergencia del sujeto (y acá podemos decir del objeto de diseño) es una producción socio-histórica donde se articula la cuestión de la verdad y las subjetivaciones posibles. De esa manera podemos ver modos de subjetivación que se relaciona con como devenimos sujetos y modos de objetivación que se relaciona como llegamos a ser objetos de estudios para otros. En diseño podemos ver como el usuario llegó a ser usuario, enclaustrándolo en un esquema y olvidándonos de las singularidades, a través de un discurso de verdad.  
Y para cerrar la clase presentamos la cuarta y última herramienta: Episteme. Es un concepto de Foucault que aparece en el prefacio de Las palabras y las cosas, donde aparece la noción de que un sujeto es en relación a ciertas condiciones de posibilidad. La episteme son nuestros modos de ver, de sentir y de hacer según el marco desde nos estamos posicionando y organizando. Foucault entendía que había modos epocales de poder pensar el mundo y nosotros podemos pensar el mundo desde esta condición, de este habitar.
Bibliografía
Calvera, A. “Introducción: materiales para una estética del diseño” en: De lo bello de las cosas. Materiales para una estética del diseño, Barcelona, GG, 2007.
Foucault, M. (1996) Las palabras y las cosas, Madrid, Siglo XXI, 1999.
Foucault, M. "Un diálogo sobre el poder - Gilles Deleuze / Michel Foucault" en: http://www.revistacontratiempo.com.ar/foucault_deleuze.htm
Foucault, M. "Nietzsche, la genealogía, la historia" en ¨Microfísica del poder" Madrid, Ediciones La piqueta, 1978.
Nietzsche, F. “Verdad y mentira en sentido extramoral” en: www.nietzscheana.com.ar 

PPT utilizado:

sábado, 14 de abril de 2012

Estetización de la vida cotidiana parte 1 (9/4/2012)

AVISO IMPORTANTE

ESTUDIANTES
PARA EL LUNES 16 DE ABRIL TRAER LA CARTOGRAFÍA CON LAS MARCAS VISUALES SIGNIFICATIVAS DEL ESPACIO PÚBLICO COMPRENDIDO EN EL BARRIO DE PERTENENCIA.

NO OLVIDAR

Introducción

En el comienzo de la clase se hizo un repaso –un mapa- de las coordenadas y nociones claves de nuestro curso: 1- lo estético como arreglo personal, relacionada a otras nociones como son “producción de subjetividad” (ese ovillo complejo donde se entrama nuestro ser como sujeto), “régimen escópico” (un régimen de la mirada, de lo que se puede ver) y “episteme” (el modo en que habitamos el mundo, una forma de sentir, actuar y pensar); 2- lo proyectual como dominio de conocimientos y saber -de extensa tradición- que se basa en una metodología, que tiene un objeto que es el proyecto y que parecería ser el fundamento epistémico que hace a la producción de diseño y 3- lo visual -un saber muy nuevo en pleno despliegue que comienza a ser un territorio nuevo de producción de conocimientos y saberes.

Estetización de la vida cotidiana (Primera Parte)

Hoy vamos a comenzar a trabajar dentro de nuestros contenidos programáticos con la primer temática: estetización de la vida cotidiana.

Para empezar nos interesa hacerlos participar de una noción –de Filisberto Menna- que va a estar presente en las hilaciones de la clase y que es la de estetización difusa. La misma tiene que ver con que lo estético empieza a salir de las barreras del arte, de la filosofía y de la metafísica para comenzar a tener otro cuerpo en lo cotidiano, dándonos la posibilidad de abordarlo como intérpretes.

A partir de algunas teorías del gusto, teorías de la filosofía la idea es poder llegar a identificar que lo estético no es un discurso cerrado sino que está impregnado por juicios morales, impregnado por toda una carga axiológica (de valores).

A partir de un esquema de epistemes –producido desde el planteo de M. Foucault- podemos ver que hay sistemas de valores que diagramaron el territorio del arte -lo que hoy llamamos prácticas artísticas- y que esta relacionado a ciertos momentos, a ciertos contextos de producción (con sus fundamentos de producción, con su tipo de artista, con su comitente, con su fin). Ese esquema nos posibilitó visualizar algunas características del quiebre del Renacimiento con la Edad Media y el de la Ilustración con el Renacimiento.

En esta oportunidad nos interesa hacer una cartografía de los valores que aparecen en el complejo campo del S. XVIII para poder ver que es lo estético en relación a la estetización difusa. Podríamos decir desde una primera aproximación que es en ese momento que sucede algo que produce otro mundo de valores y que se relaciona con lo que es el centro de la modernidad como discurso. La práctica artística aparece como diferente y con una función singular y específica en su campo de producción. Se desplaza de los campos de la religión –de la espiritualidad- y aparece como lugar propio. Un lugar propio donde se producen ciertas cosas que son un valor para la sociedad. Se hace un hueco en el sistema de conocimiento de la episteme moderna para alojar este ámbito. Se produce otro sistema paralelo al científico. Este sistema de las artes que integra la belleza de la cosas y razón de ser del arte, nos muestra como lo estético empieza a desprenderse de la metafísica -de ese preguntarse por el ser- para empezar a producir un territorio propio de especulación. Se toma entonces como coordenada la belleza -como eso que ordena el territorio nuevo- y la razón de ser del arte como justificación.

Marchan Fiz habla de que el planteo ilustrado conduce y finaliza con la estetización. Es ahí que la estética emerge como un nuevo ámbito de producción de saber. Para Fiz es en ese momento que aparece un posible origen de lo estético separado de la metafísica. En esta recorrida de todos estos grandes movimientos que se alojan en el siglo XVIII aparecen discursos interesantes para pensar el discurso del diseño.

Elena Oliveras plantea que en el siglo XVIII en Inglaterra se habla de un felix aestheticus, de una felicidad estética que tiene que ver con la posibilidad de que el hombre pueda ser feliz. Lo que está planteando de alguna manera Olivera es que lo estético es un pliegue de subjetividad -en el sentido de que produce un sujeto como individuo enmarcado en redes institucionales sociales, políticas, culturales, económicas- que puede producir la felicidad del sujeto, de ese sujeto que aparece definido como individuo.

A continuación se mostraron imágenes de algunas propuestas de algunos artistas que plantearon a través de su repertorio de producción un modo de enseñanza moral. A través de la imagen puedo decir que es lo que no tiene que hacerse para poder ser feliz. También puedo conmover para poder movilizar estructuras positivas en el sujeto, para que sea más humano.

El potencial de lo estético -en relación a la estética de la modernidad y su proyecto emancipador- es poder liberar al sujeto, liberarlo como individuo. Entonces aparece toda una variedad de estudios sobre el gusto -cultivando el gusto se podía tener un mejor mundo- y la posibilidad de promover la capacidad de la experiencia estética para el desarrollo de las facultades humanas. La imaginación como facultad humana es otro intermediario para promover lo mejor en el sujeto. Mostrar lo lindo era una forma de humanizar, reproducir lo mejor de cada uno en esos lugares que aparecen en las ciudades. Por eso los jardines parisinos y las plazas en Viena tenían el objetivo de promover un entorno mejor para los individuos. Todo un discurso sanitario que en sí promovía otra forma de relacionamiento entre ciudadanos.

El que estamos recorriendo es el momento de los orígenes de la autonomía del arte, de los salones, del público, de la historia del arte, de la critica de arte como disciplina. El arte que estaba ligado a un régimen espiritual- religioso se desliga y produce otro sistema con nuevos componentes. Aparecen varios discursos en ese siglo XVIII, donde se puede ver como lo estético se embarca en lo moral con un discurso político, haciendo una gran ruptura con el discurso metafísico. Así la experiencia estética está referida a la contemplación de la obra de arte –en los salones- para que todos puedan ver lo bello y ser mejores individuos. Es interesante ver a través de algunas imágenes de pinturas producidas en ese momento como ciertas informaciones de lo compositivo producían en el que miraba ciertas sensaciones, que a su vez transmitían mensajes morales.

Ana Calvera plantea que en el siglo XVIII lo estético en esta trama compleja discursiva está relacionado con las sensaciones pero también con lo bello y con todos esos elementos que fuimos exponiendo.

Entrando en el siglo XIX lo estético ya no es solamente la sensación sino que aparece la emoción como algo primordial y la emoción relacionado con lo estético. El arte o las propuestas de diseño tenían que emocionar. La necesidad del diseño parece venir cargada con todos estos discursos (de la moral, de lo bello, del gusto). Tenía la obligación de producir cosas bellas para cultivar, para humanizar a los individuos.

En las artes aparece el binomio arte mayor/ arte menor. El arte mayor es algo que puede producir esta conmoción en lo espiritual y el arte menor es aquello que puede estar dado por los diseñadores que tienen que ornamentar para producir ese mejor entorno. Hacer esta cartografía nos ayuda a entender porque en el discurso del diseño aparece tan marcado el discurso de lo moral.

Así como hubieron rupturas en relación a lo artístico y al diseño también los hubo en el territorio de la arquitectura: ciudades como París fueron cambiadas drásticamente, no solo por fundamento político o militar sino también porque se denotaba algo diferente en los sujetos (los burgueses) que habitaban ese lugar. Y ahí jugando con los discursos y produciendo en torno a esos discursos replicaban recetas. Paris un lugar mejor, más limpio, más habitable.

Otros ejemplos de repertorios de imágenes rompieron con todo el repertorio cultural. La obra de Klimt fue censurada por pornográfica. Esa obra no podría ser puesta en juego con las demás. Fíjense el sentido de lo moral en relación con la imagen.

Para cerrar la clase se dispararon algunas preguntas para pensar junto a los estudiantes en torno a como se van entendiendo las hipótesis que se plantearon en la clase, en relación a lo estético y a lo moral: Que de lo moral (en el sentido de arreglos sociales culturales que hacen que produzcamos de cierta manera y no de otra) aparece en las prácticas del diseño en general? En que cosas puede estar apareciendo lo moral? Que es lo moral en nuestra episteme actual?

Por otro lado nos interesa saber cómo se está entendiendo el diseño y qué de todo esto a uno lo va movilizando, pues la implicación en las temáticas es lo que posibilita disparar investigaciones en el contexto del curso.

Bibliografía

Bozal, V. “Historia de las ideas estéticas y de las teorías artísticas contemporáneas”, (V. I/II). Madrid: Visor, 1996

Calvera, A. “Introducción: materiales para una estética del diseño” en: De lo bello de las cosas. Materiales para una estética del diseño, Barcelon, GG, 2007.

Menna, F. “El proyecto moderno del arte”, Bs. As., Fund. F. J. Klemm, 2006

Harvey, D. París, capital de la modernidad, , Madrid, Ed . Akal, 2008.

Schorske, C. “La Viena de fin de siglo- política y cultura”, Buenos Aires, SXXI Editores, 2011.








PPT numero 1:





Ppt numero 2: