Una jornada de trabajo que se dividió en dos momentos:
Encrucijadas de lo estético en el campo del diseño
Se trajeron algunas cuestiones trabajadas en el encuentro
pasado para retomar los alcances estéticos del diseño y poder empezar a
problematizar eso dos campos complejos que son el diseño y lo estético. Utilizamos
como guía el texto de Ana Calvera ¨De lo bello de las cosas”.
Recordando las producciones novedosas en arquitectura de Otto
Wagner en la cotidianeidad vienesa a principios del siglo XIX y las de A.
Aalto, que innovo en materiales utilizados en el diseño en el S XX, nos
preguntamos donde está lo estético en sus producciones? De alguna forma, lo
cotidiano se lleno de estos otros repertorios y produjo otros paisajes. La
función está operando como una nueva apertura estética de la cotidianeidad.
Calvera plantea que el legado kantiano se introdujo en el
campo del diseño a nivel discursivo. Kant deja de lado lo útil y necesario.
Para Kant lo útil es antinómico a lo bello. Así que cuando un diseñador está
remarcando la funcionalidad, desde una perspectiva kantiana se puede decir que en
el objeto diseñado no está habitando lo estético. De alguna manera este
discurso kantiano vuelve a operar en el siglo XX como una crítica a la razón
instrumental denunciando al diseño como apariencia seductora de la mercancía,
estética manipuladora al servicio y los intereses del capitalismo. Es
interesante como se empiezan a tejer estos discursos políticos y morales.
En esa producción de binomios así como lo bello queda
excluido de lo útil también el arte queda excluido de lo tecnológico porque es en
el arte es donde se aloja lo humano. Se sigue multiplicando esa lógica binaria.
Además a través de este discurso se fortalece una especificidad del diseño
porque se entiende que el diseño tiene que ser el lugar de lo útil y lo
necesario y por tanto ahí no habita lo humano. Calvera dice que en ese juego de
verdades que se producen aparece el diseño desde una definición que tiene que
ver con su fundación – y que aparece en el recorrido discursivo que hemos visto
del S. XVIII- y que es: contribuye activamente y se hace cargo de la mejora
estética del mundo contemporáneo tornándolo un medio más habitable y un paisaje
que satisfaga y cultive lo más humano de las personas. Y si el diseño es
función entonces donde habita lo humano,? Estamos frente a un problema.
Calvera agregando a nuestra problematización dice que por lo
general el pensamiento estético ha tendido a ver la estética propuesta por el
diseño -o por las demás manifestaciones de lo estético en la cultura visual de
los medios de comunicación social- como una estética empobrecida que viene a
compensar la imposibilidad de una experiencia estética en sentido fuerte y
verdadero. Entonces otro nudo que tenemos en este terreno del diseño es que lo
estéticamente fuerte está en el arte. El diseño parece ser como un espacio de
menor creación. Tenemos aquí otro problema que es como se produjo el
ordenamiento del territorio de lo estético en artes mayores y artes menores.
Por otro lado Calvera se pregunta: que pasa con ese concepto
fundacional del diseño que opera para la mejoría de ese sujeto -que se vuelve
más humano- cuando empieza a haber una transmutación de los valores de tal
manera que lo estético empieza a pensarse desde esta otra categoría que es la
buena forma. Cuando hablamos de lo bueno aparece asociado a esa tripartita
platónica de lo bueno relacionado con lo bello y con lo pulcro. La buena forma está relacionado a esa
manera de producir el objeto para que a través de la forma nosotros podamos
percibir claramente que eso funciona. De alguna forma el diseño toma el
discurso de la buena forma saliendo del lugar de lo bello para acceder a la
colocación del producto en un mercado diferenciado, en esto del capitalismo y
sus devenires. Podemos ver así todos los planos discursivos que están en esa categoría de la buena forma, que
está incluido en un discurso estético que a su vez está atravesado por otros
componentes -una teoría del sujeto, una teoría del conocimiento, una teoría económic-
que dan cuenta de lo que se trata el objeto. Y acá retomamos una noción de funcionalismo
de Muthesis (a fines del S.XIX) que lo define como la perfecta y pura utilidad:
muebles prácticos sin adornos y con formas simples, cómodas para las ama de casa,
los edificios u objetos de uso exhibirán la pulcra elegancia que nace de la
adecuación a la función y de la concisa sobriedad.
En la clase
pasada nos preguntábamos porque hablábamos de lo moral si estábamos hablando de
lo estético. Y ahora nos preguntamos porque hablamos de lo funcional si estamos
hablando de lo estético. Parece que lo estético es una imbricación múltiple de
muchos aspectos y que posiblemente tenga que ver con un modo de ordenamiento. Podemos
encontrar esta situación en el prefacio del libro “Las palabras y las cosas” de
Foucault, en el sentido de que plantea que hay un orden que produce la
condición del habitar y que nuestra vida cotidiana la producimos en base a una
organización. Todo nuestro mundo está organizado en base a ciertas actividades
que hace que este mundo se componga con un sentido y ese sentido tiene que ver
con el orden como control. Entonces lo estético desde esa mirada es control, apareciendo
también un modo de organización de los espacios. El propósito de esta presentación
es ver la complejidad de nuestro campo como para poder abrirnos a preguntas y
desde ahí contribuir a la producción de investigaciones.
Abordajes para la comprensión del diseño: herramientas
Deleuze
(filósofo que trabajó mucho con Félix Guattari y con el cual escribió el libro “Mil
mesetas) en diálogo con Michel Foucault, producen la definición del
intelectual. De alguna manera el intelectual es aquel que puede construir una
caja de herramientas, en el sentido de que lo teórico no es una construcción
dada -y que sirve para todo- sino que según lo que quiero abordar es la
herramienta que voy a utilizar. En el campo del conocimiento se produce esa
caja en el sentido epistemológico construccionista: el conocimiento lo vamos
construyendo. Y por eso es necesario ver que herramienta es más adecuada para
abordar el acontecimiento. Las decisiones del intelectual no son neutrales
siempre están en un campo de decisión política y están produciendo
afectaciones.
Antes de hablar de las herramientas nos parece importante presentar
el cuerpo de hipótesis provisionales -que recorrerán nuestro curso- que piensan
el diseño como un discurso epocal y complejo, un emergente de prácticas sociales
y de alianzas saber- poder, y por otro lado surgiendo de un dominio de saber -que
sería lo proyectual del diseño- que no es neutral y que forma parte de una
racionalidad política y económica. Desde esa perspectiva del diseño la idea es
que en nuestros procesos podamos dilucidar las prácticas sociales históricas
–entendidas como parte de un entramado social, histórico, político, económico,
cultural- y dar cuenta de cómo se van produciendo esas relaciones de poder –
que son históricas- para poder prefigurar este territorio del diseño, expresión
inmanente de esas prácticas.
Habiendo dado las perspectivas de lo que nosotros consideramos
diseño, vamos a presentar un texto de Nietzsche: Sobre verdad y mentira en
sentido extramoral. Del mismo vamos a sacar algunas nociones que para nosotros
son claves. Nietzsche parte de que el hombre es por naturaleza engañador. Y eso
significa que por cuestiones de sobrevivencia al medio hostil engaña para
sobrevivir. No es algo moral, sino que es connatural a ese medio de
sobrevivencia que no está diseñado para albergar a un sujeto. La persona
necesita juntarse con otros para habitar el espacio. Pero para habitar un
espacio con otros necesita un contrato social, un pacto que reglamente las
acciones para poder vivir tranquilamente.
Entonces aparece el contrato social, la norma, la ley. Ese proceso es el
que dió la posibilidad de construir una noción de verdad, una Verdad con
mayúsculas . Nietzsche dice que la noción de Verdad aparece en ese acuerdo que se dio en algún momento de la
vida y que con el correr del tiempo fuimos olvidando cual era el sentido. Sin
darnos cuenta estamos siendo arrastrados por aquel compromiso que nos precede y
del cual no participamos. El elemento que produce la solidificación de esa
Verdad es el lenguaje. Lo que el lenguaje hace es una reducción del
acontecimiento -esquematizando aquello que sucedió- hasta llevarlo a una
expresión. Es la ciencia el columpiario, la necrópolis del acontecimiento. Por
otro lado cuando nos enganchamos al acontecimiento desde la participación
producimos una versión del acontecimiento. Desde ahí Nietzsche dice que en el
mundo no hay hechos sino interpretaciones. Porque cada uno de nosotros somos
intérpretes de lo que sucede con los otros. Este entender nos libera del
conocimiento para poder dar cuenta de otras cosas y poder entender que en el
conocimiento está la pugna por la Verdad. . Entonces tenemos que el mundo es un
haz de metáforas. Esto significa que no hay otro modo de comprender el mundo
que no sea a través de la metáfora. Siempre estamos –para llegar a eso
esencial- produciendo el devenir, produciendo “saltos”.
Nuestra primer herramienta es la genealogía. Foucault tiene
un capítulo en su libro Microfísica del poder que se llama “Nietzsche, la
genealogía, la historia” Qué le hace decir Foucault a Nietzsche? que cuando
nosotros creemos que estamos haciendo historia (es decir yendo a la verdad, al
origen del hecho) es una ilusión, porque nunca podemos llegar al hecho -a lo
esencial- porque eso no existe. Lo que si existe son esas procedencias que
producen ese acontecimiento. La genealogía es un modo de abordar el
acontecimiento para mostrar la procedencia irracional y los procesos de
racionalización retrospectivos que ofrecen a la mirada presente lo natural. Lo
que se nos aparece como natural -que es una verdad- debemos desovillarlo y ver
que otros discursos se juegan, que lugares de lo irracional aparecen y que compromiso
hubo para que eso fuera Verdad. Entonces genealogía significa poder percibir
las singularidades del acontecimiento. Significa que si estamos frente a un
concepto, un esquema, algo abstracto damos un paso a un costado y podemos ver
esas singularidades. La genealogía no concibe una finalidad evolutiva es decir
en la genealogía no se trata de ver el acontecimiento como una causalidad o
algo que nos lleve a un final, sino que es algo que se despliega ahí, que es
inmanente a mí porque yo lo concibo y hay un compromiso en ese participar del
acontecimiento. Por eso dice que su plano es el de los acontecimientos. Los
sentidos históricos son múltiples pues nunca estamos frente a algo que es una
unidad, pues ese algo siempre difiere. Trajimos un ejemplo para ver que sería
una genealogía: una imagen de un cuadro de Blanes (el pintor de la patria). Foucault
dice que la genealogía se trata de una mirada crítica y lo que trata de ver es
lo que se inscribe en los cuerpos. La genealogía se opone a las visión metafísica y trascendental
de la historia. No es historia, sin embargo trata de ver de comprender como se
generan los acontecimientos en su singularidad. No presenta un metarrelato
universal. Trata de ver esos múltiples relatos que se producen en el
acontecimiento. Se opone a la búsqueda del origen. No va a ver como se produjo
eso, no busca ese valor que subyace a la cosa porque no hay nada debajo de eso.
No hay metafísica.
La segunda herramienta es la noción de “campo de luchas”,
que también viene de la mano de Nietzsche. Esto significa que lo que emerge en
nuestro escenario es el enfrentamiento. Lo que nosotros llamamos lo social y
concebimos como si fuera una unidad, en realidad es un campo de fuerzas dinámico,
en donde todo es múltiple. Desde esa mirada relativista ese campo es
construcción y siempre es un enfrentamiento continuo donde podemos identificar
los escenarios, los actores, las tácticas y estrategias y alianzas que se
producen para generar verdades.
Nuestra tercera herramienta es entender que la producción de
sujeto (y esto viene con Foucault) emerge en un “juego de verdades”. Un juego
de verdades en donde se están produciendo equivalencias, comparaciones. Cuando
nos peleamos con alguien se produce un antagonismo y ahí me configuro como
alguien. Entonces el mundo es un juego de verdades. El mundo son discursos
singulares que están en enfrentamiento y que producen sentidos en nuestra vida
cotidiana. Juegos de verdades que hace que nosotros nos relacionemos con
nosotros mismos (nos da una noción de lo que nos está pasando en ese momento).
El problema para Foucault es a que precio se puede decir la verdad sobre sí mismo, si decir algo
sobre sí mismo significa siempre
estar mediando con otras palabras que no tienen nada que ver con lo que en este
momento soy. La emergencia del sujeto (y acá podemos decir del objeto de
diseño) es una producción socio-histórica donde se articula la cuestión de la
verdad y las subjetivaciones posibles. De esa manera podemos ver modos de
subjetivación que se relaciona con como devenimos sujetos y modos de objetivación
que se relaciona como llegamos a ser objetos de estudios para otros. En diseño podemos
ver como el usuario llegó a ser usuario, enclaustrándolo en un esquema y
olvidándonos de las singularidades, a través de un discurso de verdad.
Y para cerrar la clase presentamos la cuarta y última
herramienta: Episteme. Es un concepto de Foucault que aparece en el prefacio de
Las palabras y las cosas, donde aparece la noción de que un sujeto es en
relación a ciertas condiciones de posibilidad. La episteme son nuestros modos
de ver, de sentir y de hacer según el marco desde nos estamos posicionando y
organizando. Foucault entendía que había modos epocales de poder pensar el
mundo y nosotros podemos pensar el mundo desde esta condición, de este habitar.
Bibliografía
Calvera, A. “Introducción: materiales para una estética del
diseño” en: De lo bello de las cosas. Materiales para una estética del diseño,
Barcelona, GG, 2007.
Foucault, M. (1996) Las palabras y las cosas, Madrid, Siglo
XXI, 1999.
Foucault, M. "Un diálogo sobre el poder - Gilles
Deleuze / Michel Foucault" en: http://www.revistacontratiempo.com.ar/foucault_deleuze.htm
Foucault, M. "Nietzsche, la genealogía, la
historia" en ¨Microfísica del poder" Madrid, Ediciones La piqueta,
1978.
Nietzsche, F. “Verdad y mentira en sentido extramoral” en:
www.nietzscheana.com.ar
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